5.1.06

Elecciones Presidenciales 2006

Nuestro país está a muy pocos días de elegir a su próximo gobernante, el que nos guiará hacia el "Chile del Bicentenario". Sin duda, ambos candidatos- Michelle Bachelet y Sebastián Piñera- tendrán una difícil misión: continuar la obra del gobierno actual, que debemos recordar que es uno de los mejores evaluados en la región, si no es que el mejor evaluado (disculpen por la imprecisión de los datos).
Ninguno de los candidatos satisface plenamente el ideal de país que tengo en mi mente. Michelle Bachelet despierta una enorme molestia en mí. Siento que su inconsistencia deja mal paradas a las mujeres, y no es que mi feminismo recalcitrante salga a la luz en este momento, pero sí me molesta profundamente que utilice la imagen de una mujer esforzada y casi que "de pueblo" para conquistar los votos que le fueron esquivos en la primera vuelta. Por lo que la conozco, sé que Michelle no es la mujer típicamente chilena, como la que podemos ver en la franja televisiva. No digo que ella no se halla esforzado por todo lo que tiene, y no me cabe duda que lo debe merecer, pero sí me disgusta que diga que ella tiene el carácter esforzado y decidido de la mujer chilena para gobernar un país. Eso no basta, señores. No sólo mostra su carácter gritando o subeindo el tono de voz, para parecer más enérgica, ni tampoco se necesita perdonar a quienes mataron a tu padre, sino que se necesita construir un futuro, pero sin dejar de lado el pasado. Soy de las personas que creen que no existe el perdón, sino que uno debe aprender a vivir con los errores del pasado, para no volver a cometerlos, porque un país que no reconoce su historia y su pasado, no tiene futuro.
Me parece por lo que he podido ver de ella, no solamente en la TV, sino que cuando he estado en círculos sociales con ella, cuando he estado en su casa y cómo la he visto de cerca y de mucho antes que fuera ministra, la abanderada concertacionista no es la mejor carta que esta coalisión pudo jugar. Su poco training político la hizo cometer graves errores mediáticos y sólo en la recta final, pudo perfilarse como una candidata mediamente consistente, como pudimos observar en el último debate televisivo.
Caso aparte es el empresario Sebastián Piñera. Sí... Empresario... Porque desgraciada o afortunadamente no se puede negar de dónde uno proviene, y el candidato en cuestión emergió desde las flamantes oficinas de algún directorio de empresas, para retomar su carrera política. Hace algún tiempo, escribí en el Caleidoscopio, que Piñera es lo mejor que le pudo pasar a la derecha, y lo sigo sosteniendo. Vino a renovar los alicaídos ánimos de una Alianza por Chile que tuvo que aceptar la derrota de Joaquín Lavín en el 1999, por un estrecho margen con nuestro actual presidente, y que además debió aguantar una de las candidaturas más largas de la historia, porque no es gracia estar en campaña más de 5 años, esperando a que se repitiera un escenario más o menos similar al que se dio en la elección antes señalada.
Piñera vino a imponer una "nueva" forma de hacer política. Sin chaqueta, camisa arremangada y mirando de frente a la cámara y a los focos, siguiendo el estilo que impuso Lagos en los 90s.
No voy a negar que en algún momento pensé en votar por él, porque le compré su parada independiente, porque le creí cuando se sentaba sobre lo que decía su partido. Pero ya no. No podría. Me da susto cómo pretende financiar los 100 mil empleos que ofrece. No es claro de dónde sacará esa plata. Claramente, no de su bolsillo: el hombre es millonario, pero no es el Tío Rico. Me preocupa que sus medidas económicas sean una de las tantas trabas con que la clase media se ve enfrentada día a día, me preocupa que bajen los sueldos, me preocupa ver a una Lily Pérez y una Evelyn Matthei en su gabinete.
Además creo que en el último debate se vió la fuerte influencia de Joaquín Lavín como parte de su Comité Político. Se notó un Piñera desesperado, tal y como se mostró Lavín en los últimos meses de su campaña. Creo que la adhesión del ex abanderado UDI, no hace más que restarle votos independientes a su candidatura, justo los votos que Piñera busca.
No me cabe duda que estas presidenciales serán, para muchos, la elección entre un pasado no olvidado, una vuelta al plebiscito del 89. A mí no me parece. Porque para revivir el pasado, necesitaríamos a un Pinochet con la fuerza y la convicción de haber salvado Chile, y no al anciano que ha sido desaforado por un buen número de asuntos judiciales pendientes y que, incluso, sus más cercanos, le han dado la espalda (porque si hubieran sabido todo lo que pasaría, habrían votado que no!). Además, necesitaríamos una economía estancada, con un fuerte influjo neoliberal. Pero, por sobre todo, necesitaríamos jóvenes que salgan a las calles a exigir lo justo, lo que les fue negado por tanto tiempo. Por eso, Chile debe aspirar a más, para aprender a vivir con sus pasado, para no revivir su pasado.
PD: Los invito a participar de esta super encuesta que agregué a mi blog, para saber quién demonios gobernará nuestro país en los próximos 4 años. Suerte.

4 comentarios:

carolita dijo...

me encantaste.

una vez más, demuestras ser una persona con opinión.

yo voté piñera porque no quiero que gobierne bachelet. hubiera podido votar alvear, sin problemas. al final, no es el partido sino la trayectoria, lo que alguien le puede o no ofrecer al país.

filo... sabemos que el pueblo siempre tiene al gobernante que se merece.

besos!!

Alexis de Ponson dijo...

Creo que su historia personal le pesa a Piñera y no es menor. Habla de humanismoi cristiano y resulta que en 1995 presentò un proyecto de ley para ampliar la amnistía hasta 1990... ¿Es eso humnaista o cristiano? mnmm me parece que no. Además es obvio que aunque él trate de mostrar que la derecha se ha renovado, eso no es así y si gana (espero que no) deberá gobernar con los Fernández, con los Novoa, con los Matthey... y es asi porque no le queda otra.

Aunque Bachelet es lo que hay, no quiero ser responsable con mi voto de que Piñera y su bananerismo -porque aparte de empleos a la chuña ofrece pensiones para las dueñas de casa como quien regala flyers- lleguen a la Moneda.

Lo siento pero a Piñera no le creo nada.

Saludos y feliz 2006

Nacho dijo...

lamentablemete acá escogemos gobiernos y no personas...siento que Bachelet no me convence completamente, pero la prefiero a ella y al respaldo de los exitosos gobiernos de la concertación que a experimentar con un tipo capaz pero con trapos sucios y más encima apoyado por una alianza de mentira, donde la pantalla del amiguismo se les caerá apenas tengan que cuotearse el poder entre los udi y rn...se imaginan al ministro de economía agarrándose con el de hacienda?? no gracias, no tengo miedo a un gobierno de derecha, pero sí de ÉSTA derecha, falsa y ambiciosa.

Mica dijo...

Tranquila..si ya no ganó Piñera..aajajaj

Un abrazo

Mica

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