Reforma constitucional y un sistema electoral complementario son los dos ejes en los que se estructura el proyecto firmado por la Presidenta Michelle Bachelet, que busca cambiar uno de los aspectos más significativos de la Constitución de 1980.Esta iniciativa comenzó su tramitación el jueves pasado, suscitando grandes temores en la oposición y algunos parlamentarios de la Concertación, que se muestran más cercanos al ala liberal del bloque gobernante.
Esta carta fundamental rige en Chile hace 27 años y fue heredada por el gobierno militar a los mandatarios del período de la transición. Pero hoy, gracias a este proyecto, podría reestructurarse la conformación de una parte del Congreso, esto ya que sólo considera cambios en la Cámara Baja, y no menciona modificaciones al sistema de elección ni a la orgánica del Senado.
En cuanto a la creación de un sistema electoral complementario, este proyecto incorpora 20 cupos para diputados -a los ya existentes- que representen a coaliciones marginadas por el actual método de votaciones, los que deberán contar con un nivel de preferencia del 5% entre los sufragantes. Es importante recalcar que esta indicación mantiene al binominalismo como sistema imperante para la designación de los 120 escaños base.
Para poder cumplir con el primer objetivo, el proyecto de ley añade una reforma constitucional que elimina el número de diputados electos (120) de su artículo 43. Con esto le entrega mayor libertad para instaurar la modificación antes señalada.
Cabe destacar que esta iniciativa no incluye la inscripción automática ni el voto voluntario, pero la mandataria declaró a Emol que es “partidaria” de esta medida.
“Un gran avance”
La Presidenta Bachelet sostuvo en una entrevista concedida a radio Cooperativa que este proyecto no coincidía con el ideal que ella tenía, pero que constituía un “gran avance” en cuanto a la inclusión de los sectores marginados."Esta propuesta, claro, no es el sistema proporcional que me hubiera gustado, pero es una corrección importante al sistema actual que permite combatir la exclusión, la segregación y la discriminación. Permite que partidos o fuerzas, grupos, listas que tengan más de un cinco por ciento (…) van a tener representación en el Parlamento, por lo tanto este no es el óptimo, no es lo que me gustaría, pero es un avance”, enfatizó.
El proyecto está catalogado como de “suma urgencia” para agilizar su tramitación, lo que reduce de 30 a 10 días el proceso en cada cámara.
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