6.4.06

Ni Política ni Periodismo: Pura jarana

Los diputados de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, Karla Rubilar y Francisco Chahuán explican durante veinte minutos su negativa a la jubilación de las mujeres a los 65 años. Mientras los periodistas van más en busca de diversión, que de un reporteo acabado, los políticos se aprovechan para introducir sus propuestas.
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La cita es el jueves 30 de marzo, a las 11: 45. La recepción de la sede de Renovación Nacional es una sala blanca, iluminada con focos direccionales que le entregan calidez al ambiente. La secretaria luce minifalda negra, pañuelo al cuello, melena corta y oscura, que apenas le cubre las orejas, y labios de un rojo intenso. Parece salida de una revista de moda francesa de los 60. Ella informa los detalles de la conferencia de prensa sobre el cambio de edad de jubilación de la mujer, y saluda al primer fotógrafo que llega.
Transcurren los minutos. Llega un reportero con todo su equipo. “Todavía no termina lo de la UDI, así que tenemos pa’ rato”, señala con tono de desdén. Los equipos de prensa siguen arribando y la secretaria entabla conversación con dos periodistas –un hombre y una mujer-, sobre los pormenores del matrimonio de esta última.
- Ay, pero eso te tiene que haber salido un montón de plata- indica la secretaria.
- Ni tanto… Además que el novio paga- replica la mujer.
Desde un pasillo se acerca una mujer que invita a los reporteros a ingresar a la sala de conferencias. Tras pasar por un estrecho recoveco, se entra a la habitación que no supera los 35 metros cuadrados. Dos de sus paredes lucen gigantografías con esquemas que muestran la presencia del partido en regiones. Los diputados de Renovación Nacional Cristián Monckeberg, Karla Rubilar y Francisco Chahuán se disponen en el centro de atención de una mesa con forma de hemisferio, con la imagen de fondo de RN, para unir a Chile. Los reporteros se acomodan en la parte semicircular del mueble y se prenden las cinco cámaras de video que registran cada movimiento de los conferenciantes.
Un silencio absoluto precede el inicio. La voz de Monckeberg comienza a resonar en la sala. “Queremos que el gobierno no agarre vuelo con esto, y pretenda imponer ahorrarse platita, haciendo trabajar a la mujer por cinco años más”, declara con firmeza el diputado.
Sobre una plataforma de estrechas dimensiones, con pequeñas ruedas para desplazarse, se acomodan los nueve micrófonos y las tres grabadoras digitales que registran la conferencia. Se desliza suavemente sobre la mesa, para quedar frente a Chahuán, quien comienza su alocución. Suena un celular y uno de los periodistas se retira de la sala. Se demora algunos minutos en volver y retoma su puesto, al lado de la puerta. Se inclina y comenta al oído de su compañero.
- Oye, el que está al lado de ése… ¿Quién es?- pregunta extrañado.
- Francisco Chahuán – le responde el otro, sin mirarlo.
- ¿Y de dónde salió? Ni en pelea de perros –comenta, mientras escribe en una libreta.
- No cacho yo.
Ahora es el turno de la diputada Rubilar. Arregla su cabello para que caiga sobre ambos hombros y se dispone a hablar. La mayoría de los periodistas no levantan la cabeza y anotan todo. Una de las enviadas de prensa se mira en el reflejo de su celular y acomoda su peinado. Luego comienza a jugar con el teléfono y envía un mensaje. Después, es ella misma la que pide un aplauso para la diputada, cuando finaliza la conferencia, refiriéndose a la esforzada labor de la mujer en la sociedad.
Se inicia el tiempo para preguntas, pero los periodistas no se interesan acerca del tema de la conferencia. Para ellos, cualquier otro aspecto es más interesante. Uno de los asistentes levanta la mano y pregunta: “¿Quién nos va a cocinar y hacer el aseo?”. Las mujeres lo apabullan, mientras los hombres aplauden y los diputados ríen de buena gana.
El mismo periodista que preguntó por la identidad de Chahuán, se levanta de su silla y pregunta: “Diputado, diputado… Hoy día Andrés Allamand mencionó que no hay que canonizar a la presidenta Bachelet…”. Se apoya sobre la cubierta de la mesa, ésta se levanta y cae sobre los otros reporteros que descansan sus codos sobre ella. Aplausos y risas espontáneas, mientras el ruborizado periodista trata de arreglar la mesa y retoma la pregunta.
- El senador Allamand mencionó que no hay que canonizar a la presidenta Bachelet, que la oposición tiene que ser bastante crítica. ¿Ustedes comparten esa opinión?
Los diputados esperan algunos segundos para responder, mientras desde atrás de la sala se escucha:
- ¡Cada vez que venimos te mandai alguna cagá!
Después del incidente, y entre las risotadas, se hizo imposible continuar con la conferencia, por lo que Monckeberg se levanta de su asiento y da por finalizada la rueda de preguntas. Cada uno de los bandos se reúne en un costado de la sala: los diputados se atrincheran en una esquina, los periodistas se distienden aún más y comentan el incidente de la mesa, mientras los camarógrafos desarman los trípodes que sostenían las filmadoras. Hoy lo menos importante es la edad de jubilación de la mujer.
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PD: Éste es un texto que escribí para Narración. Quizás no es taaaaaaann bueno, pero me costó muchísmo terminarlo, así que merece tener un lugar en el cyberespacio.
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