4.10.08

El amigo que a veces te tiene ganas

Sprite, después de Ricardo Arjona y Daddy Yankee, es el nuevo filósofo de esta época. Claro, y es que después de las frases rompedoras de "una mentira que te haga feliz, vale más que una verdad que te amargue la vida" o "lo que pasó, pasó", creo que la más cierta es que tu amigo te tiene ganas.

Y la verdad es que no importa cuánto te hayas esforzado por mantener el delgado límite entre ambos, menos si es el único al que jamás te hayas imaginado en "that situation", la realidad sigue siendo que tu amigo te tiene ganas.

No importa si tiene 20 o 40, pero el copete se le sube a la cabeza y se pone sincero. Por no decir directo. Comienza por decirte lo importante que eres para él, e incluso te trata de enganchar con alguien. Y quién no cae con eso. "Pucha, que es buen amigo"; buen amigo, a las pailas.

Después, entre broma y broma -donde la verdad se asoma-, te tira su tallita. Buenas piernas, traste increíble y algo de pechugas, pero consistentes. Esa ha sido la descripción más corta de mi existencia, la más lacónica y la más vendedora. Pero algo ya debe oler mal a esa altura. ¿Desde cuándo empezaste a tener pechugas para él? ¡Pero si eras un niñito más en los carretes! ¡Tomabas a la par y hasta le hacías gancho! Juntos se reían de las pokelais de 30 con el vestido de novia en la guantera.

Al final de la noche, cuando las luces se encienden -y la cerveza se empieza a acabar, según los Cadillacs-, te lo llevas a su casa, como su amiga aperrada. Y las cosas se caldean, porque el amigo está con ganas de probar el producto que promociona. Mi mamá siempre dice que lo que no se ve, se toca, y él parece estar rogando al cielo que se corte la luz.

Un poquito por aquí, otro poquito por allá, y parece que el amigo está con hiperkinesis o algún defecto hereditario que le afecta el sistema nervioso, porque no puede dejar las manos en su lugar.

Llega el momento de jugar al papel de la ofendida-relajada. ¿Cómo se te ocurre tocarme el traste? Pero, tranqui, filo no más. Y el muchacho se va a acostar de lo más tranquilo.


Estos son los momentos del mes en que descubres a tu amigo que a veces -y sólo esas veces- te tiene ganas. El problema está en que si "esas veces" se repiten muy a menudo, te empiezas a cuestionar si eres tú la que le tiene ganas.

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Cualquier semejanza con la realidad, es algo de coincidencia.
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