26.7.06

No quiero crecer!!!


Estoy aburrida con todo. Con mi vida. Con el letargo que me ha embargado estos días. Estoy pasando por una sequía literaria y, por lo mismo, había dejado de escribir y no había actualizado este blog. Pero no sé cómo ni por qué estoy aquí, frente al computador, si ni siquiera sé si a alguien le importa.

Tengo tantas cosas por las que ser feliz, pero no sé... nada está allí cuando lo necesito, nadie está allí cuando lo necesito. Y la vida sigue siendo un enfrentamiento donde yo siempre salgo dañada y nadie tiene ni la más mínima consideración por lo que yo pueda sentir... ¿Es que a nadie le importo?

Esto ya suena a sesión de autoayuda. Pero tampoco es un grito desesperado por atención. Nada más parece que estuviera creciendo. Sí, todo lo indica. Los lugares a donde voy y los que dejé de frecuentar. La música que escucho y la que se quedó olvidada en el armario. Mis pensamientos giran sobre ese viejo y vago gustillo a tierra mojada de cuando era más pequeña, pero ahora salgo a mi ventana y frente a la misma humedad del invierno, no puedo sentir lo mismo.

Porque si de esto se trata crecer, yo me niego absolutamente. Me está resultando demasiado difícil y un tanto insatisfactorio para todas las canalladas que te prometen cuando eres chica(o).

La lluvia sigue cayendo en Santiago (¿se dan cuenta que los días lluviosos son catastróficos para mí?) y sigo esperando a que una señal, sólo una, baje del cielo y me permita seguir respirando y anhelando que toda esta confusión pasara. Pero espero... y espero... y sigo esperando, mientras noto que el cuerpo se me está adormeciendo, cayendo a pedacitos, y que ni siquiera la Liga de Mujeres Contra la Gravedad me puede ayudar.

Cuando ÁNIMO es la peor palabra que te pueden decir. ¡Si el ánimo se comprara en el almacén de la esquina, yo hace rato hubiese adquirido la fábrica! No sé qué sucede conmigo, me siento sola, frágil, cualquier cosa me afecta profundamente, tengo ganas de llorar por horas... me siento mal, tengo angustia de lo que viene, que este semestre será el más complicado por todo: por la U, por mi vida personal, etc, etc, etc.

El ánimo no es una solución en este momento, el ánimo no es el remedio a este dolor que tengo dentro, el ánimo no me hará levantarme de la cama para dejar de pensar en que mi vida es un desastre. Ayudo a los demás, pero no siquiera soy capaz de sacarme esta pena que llevo.

Pero parece que uno nunca deja de crecer, que la vida no te deja tranquila, que no sé si podré seguir adelante. Han dejado de importarme las cosas que realmente ocupaban una gran parte de mi vida. Pero no sé si estoy dispuesta a pagar el alto precio de crecer. No sé si estoy dispuesta a escuchar las mismas palabras moralizantes que me dicen que estoy equivocada, que todo pasara, que lo que no te mata, te hace más fuerte. Quiero dejar de pensar... Quiero dejar de luchar... Quiero quedarme así, en un día de lluvia y no crecer más.

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